Solía reírme de esos enamorados.
No le veía el sentido a, sin razón, dedicarlo todo a una única persona.
Quizás por eso, pasé, sin más, a querer darlo todo. Dártelo todo.
Porque no servía cualquiera. Servías tú. Y sigues sirviendo.
Si llegas pronto, espero toda la vida por ti.
Pero llega.
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