Qué susurran los demonios de una oscura habitación.
Recordándote que a veces, el tiempo está en tus manos.
Y tú tienes el poder de parar el reloj.
Que un reloj en manos frágiles tiende a caer.
Que nada vuelve a ser lo mismo dos veces, y algo se supera pero siempre pesa.
En un cuerpo preso del pánico de volver a ser el títere de un juego que no tiene fin.
Cómo ser fuerte cuando graniza en tu costado, y todo tiende a romper.
Ilusiones.
Autoestimas.
Promesas.
Amores.
Amistades.
Corazones.
Que puedes tirar piedras al mar y éste calmarse, pero las piedras le persiguen hasta su última ola.
Igual que persigue el dolor a un enamorado de una cicatriz.
Igual que me ahoga a mí el hambre de tus besos en mi nariz.
Recordándote que a veces, el tiempo está en tus manos.
Y tú tienes el poder de parar el reloj.
Que un reloj en manos frágiles tiende a caer.
Que nada vuelve a ser lo mismo dos veces, y algo se supera pero siempre pesa.
En un cuerpo preso del pánico de volver a ser el títere de un juego que no tiene fin.
Cómo ser fuerte cuando graniza en tu costado, y todo tiende a romper.
Ilusiones.
Autoestimas.
Promesas.
Amores.
Amistades.
Corazones.
Que puedes tirar piedras al mar y éste calmarse, pero las piedras le persiguen hasta su última ola.
Igual que persigue el dolor a un enamorado de una cicatriz.
Igual que me ahoga a mí el hambre de tus besos en mi nariz.