viernes, 25 de julio de 2014

La primera vez.

A veces me gustaría ser un pez, perder la memoria todos los días, y así poder revivir todos los días cuando me enamoré de ti. El primer beso, la primera caricia, la primera vez que te hice el amor.
Esos momentos insignificantes, que sabes, que jamás volverás a sentir lo mismo, y te gustaría que pasaran todos los días. Sentirme todos los días como la primera vez que te vi tumbado en mi cama, mirándome, sonriéndome, sintiéndote cada vez las dueño de mi, de mi cuerpo.
Sintiendo cada día como me enamoro más de ti, de tus costumbres, de tus defectos, de tus miradas.
Sintiendo como tus ojos me desnudaban, y me sobraba hasta la piel. Sintiéndote mío.
Después, también me gustaría ser un pez para poder olvidar todas esas cosas que se te quedan grabadas en el alma, pidiendo salir, pidiendo no sufrir durante más tiempo, pidiendo dejar de amar, de esperar, esperarle. Esperar que todo eso se repita, aún sabiendo con certeza que se fue y que no tiene intención de volver. Porque no existe ni existirá jamás algo contra el olvido.

lunes, 21 de julio de 2014

Autoayuda.

Hay circunstancias de la vida, en las que quizás es más difícil actuar.
El primer beso, la primera vez, el primer amor, o la primera vez que te rompen el corazón.
Cuando te sientes increiblemente inservible, que crees que cualquier cosa, por pequeña que sea, puede llegar a tener un valor mucho más grande que tú, y que tu vida.
Y entonces nos gustaría tener un pequeño manual que nos enseñara a enfrentar diferentes cosas, un manual que nos enseñe a volver a ser nosotros mismos, esa pequeña persona que éramos, y que el tiempo, y los daños nos arrebató. Y cuando, "la vida" nos hace vivir circunstancias como esas, que nos hace crecer, (a veces quizás un poco más rápido de lo que deberíamos) nos damos cuenta, de que nos gustaría volver a ser aquella persona. Y no podemos.
Hoy, y porque ha gustado la idea, os digo esto, con el fin de que me contéis sobre qué cosas queréis que intente echaros una mano. Qué circunstancia no podéis superar, y si puedo escribiros algo que os sirva de ayuda, lo haré. Normalmente estas cosas, se votan por mi ask ( http://ask.fm/IvanaMartinezR )
Pero, por si hay alguien que no sigue mi ask, pero sigue mi blog, y le gustaría que escribiera algo también, os pido que escribáis en los comentarios, qué texto de AUTOAYUDA queréis que escriba.
Haré más de uno, poco a poco, el que más hayan pedido, lo iré haciendo.
Así que, dejar en los comentarios sobre qué queréis que escriba, y también, si queréis que escriba sobre algún tema en particular aunque no tenga que ver con la autoayuda.
Muchas gracias y comentar!!

sábado, 12 de julio de 2014

Estúpida.

Haces que me vuelva loca.
Hoy he vuelto a perder el autobús.
Por esa extraña necesidad de mirar a todas partes con la esperanza de encontrar tu mirada en el camino de la mía.
Y me siento estúpida.
Y en realidad lo soy.
Hace ya tiempo que había decidido ponerle fin a esto.
Y cada vez que alguien me habla de amor yo vuelvo a pronunciar tu nombre.

domingo, 6 de julio de 2014

Querido ____ ;

Quizás sea el momento de decir adiós en una carta que no te voy a mandar, en una carta que no llegarás a leer. Una carta que después quemaré y dejaré que el viento y las cenizas se la lleven, y con ella todos mis sentimientos hacia ti.
Nunca pensé que llegaría a sentir algo tan fuerte por alguien que en realidad, no me ha dado motivos para hacerlo. Y me gustaría poder escribir un millón de líneas sobre los momentos que hemos pasado, pero desgraciadamente se cuentan con los dedos de una mano. Y la verdad no sé porque sigo haciéndome daño acordándome de algo que no nos llevó a ninguna parte.
Y por un tiempo no hacía más que culparme a mi misma, y en realidad, no ha sido todo culpa mía.
(Y eso no significa que esté quitándome las culpas)
Pero quizás, si tú hubieras pensado más en mi...
¿Sabes? No entiendo al destino.
Por qué pone en tu camino a una persona que no te va a querer. O por qué dejó que se alargaran las cosas.
No entiendo tantísimas cosas.. Y ojalá pudiera pedirte que me las explicaras, pero no tengo no tengo el valor, ni las ganas, de hablarte, y despedirme de ti.
Porque en el fondo todavía eres ese imbécil por el que pierdo la cabeza cada vez que me mira, por el que aparecen mil cosquilleos en mi estómago cada vez que pronuncian su nombre.
Pero alargar las cosas sólo sería una forma más de hacerme daño. Aunque he de confesar que me volvería masoca por ti.
Y algo de mi te detesta, y la otra está tumbada, con la mirada perdida, mordiéndose el labio inferior.
Qué imbécil haces sentirme a veces, y qué confusa. Porque sigo loca por ti.
Pero ya es hora de pasar página, y de esperarte cada viernes, cada sábado, y cada domingo.
Te quiero, o te quise. Adiós. 

Tantas maneras de morir.

Tantas maneras de morir y yo muriendo por nuestro último beso.
Nuestro último abrazo.
La última caricia.
La última canción.
Y quién iba a decir qué dolía tanto. Ni eso.
Escuece.
Escuece verte.
No poder mirarte, y que me sonrías.
Esa sonrisa que hacía que perdiera los sentidos.
Que lo perdiera todo.
Incluso las ganas de estar sin ti. El no tenerte.
Imaginarlo dolía, pero no tanto como despertarse, estirar la mano izquierda
hasta donde deberían estar situadas tus caderas y ver que no están.
Al final es verdad eso que dicen, de que el amor no dura eternamente.
Y mira que me reía de esos desenamorados.
Yo no dudaba de que podíamos ser eternos, pero quizás no debiste haberlo dudado tú.

miércoles, 2 de julio de 2014

O hacerte.

Odio sonar cursi.
Sin embargo, cada vez que quiero hablar contigo, (o de ti) se me agita el corazón en un intento de decir esas cosas que sólo dicen los enamorados.
Eso que como bien sabes siempre odié ser. Siempre odié eso de hacerte saber que soy una puta prisionera de tus besos, de tus caricias, de tus sonrisas.
Esa chica dura que daría todo lo que tiene por una hora más junto a ti.

Quién iba a decir que yo estaría hablando de amor.
Hablándote de amor.
Del que me gustaría darte.
O hacerte. 

"¿Quédate?"

Ese "quédate" que sube desde mi pecho,
y se queda atascado en mi garganta; Confuso.
Sin saber si quiere salir.

Créeme que me importas.
O me importabas.
Ya no lo sé.
O si quiero que dejes de importarme,
mientras me muerdo inconscientemente el labio cada vez que te veo.

Y cada vez que imagino que te vuelvo a ver.
Y que nos hundimos en ese viejo sofá.

Qué nos pasó.

Odio cuando vuelvo a pensar en todo.
Me quedo inmóvil.
Sentada.
Precipitando el frío de la cerveza a mis labios,
y llenando mis pulmones de ese humo negro.


Y una vez más, pienso y no sé qué decir de ti.
Y es que a veces, haces que no entienda nada,
en ese horrible fin de querer entenderlo todo.
Entender qué fue.
Qué pasó.
Qué nos pasó.