domingo, 6 de julio de 2014

Tantas maneras de morir.

Tantas maneras de morir y yo muriendo por nuestro último beso.
Nuestro último abrazo.
La última caricia.
La última canción.
Y quién iba a decir qué dolía tanto. Ni eso.
Escuece.
Escuece verte.
No poder mirarte, y que me sonrías.
Esa sonrisa que hacía que perdiera los sentidos.
Que lo perdiera todo.
Incluso las ganas de estar sin ti. El no tenerte.
Imaginarlo dolía, pero no tanto como despertarse, estirar la mano izquierda
hasta donde deberían estar situadas tus caderas y ver que no están.
Al final es verdad eso que dicen, de que el amor no dura eternamente.
Y mira que me reía de esos desenamorados.
Yo no dudaba de que podíamos ser eternos, pero quizás no debiste haberlo dudado tú.

1 comentario:

  1. He leído tu blog y me encanta!! también leo tu ask y parece que las has pasado muy putas, no ? me pareces muy fuerte, ah por cierto, he visto fotos de tu cuerpo y desde mi opinión estas genial. Un besazo!! sigue así con tu blog :)

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