lunes, 29 de septiembre de 2014

Hace...

Hace tiempo que decidí quitarme el privilegio de mirarte a los ojos por miedo a darme cuenta de que todo ha cambiado.
No seguir viendo en tus ojos la razón de mi ser.
Y hace tanto que no te siendo que no sé porque todavía me duele saber que no soy yo la razón de la curva de tus labios o las arrugas de tus párpados.
El porqué sigo pensándote durante tantas horas al días. O porqué sigo esperando a que vuelvas para susurrarme que me quieres una vez más.
Aún sabiendo que lo que le hacía falta a mi vida era no tener a mi lado a alguien como tú.

martes, 23 de septiembre de 2014

Tic tac.

Qué difícil se me hace volver a escribirte.
Todavía sigo pensando qué te podría decir.
Llevo horas parada enfrente del papel.
Con el "tic tac" del reloj retumbando en mi cabeza.
Y es que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos que a veces pienso que nada fue real.
Que no te conocí.
Que nunca te besé.
Parece que voy a perder el recuerdo de dormir abrazada a tu pecho. Y el color de tus ojos en la claridad.
Y me pregunto qué es lo que le has hecho a este pobre corazón para que siga llamándote a gritos cada noche.
Para que siga llorando su soledad.
Quién iba a decir que podrías llenarlo tanto.
Hacía mucho tiempo que no sentía esto. Y también hacía mucho que quería volver a sentirlo.
Y ahora me susurra cada noche, cuando apenas puedo escuchar (y cuando él piensa que no lo escucho) que no vuelva a amar. Que no le castigue y vuelva a reducirle a esas ruinas que dejaron al destruirle tus besos.


Pero tranquilo. Tú no te preocupes.
Lo último que querría es ver que te duele verlo así.
Esto ya casi no duele.
Sólo le duele cuando late. 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Cuánto te pensé.

Todavía recuerdo el día en el puerto.
El mar revuelto.
Y las olas rompiendo en nuestros pies.
El ruido de los barcos.
Pura melodía.
Aunque he de decir que cualquier ruido sonaba bien en tus brazos.
Llegó un día que los faros dejaron de guiar barcos;
para guiarnos a nosotros. 

No sabes cuánto te escribí.
Cuánto te deseé entre mis piernas.
Y cuántos gemidos se quedaron suplicando que los hicieras salir.


martes, 16 de septiembre de 2014

"Recuerdos"

Quizás la solución a esto sea no pensarte tanto.
Y no sé.
Pero algo me impide dejar de hacerlo por un momento.
Es como si hasta el más mínimo poro de mi piel necesitara que lo acariciaras.
Como si hasta la excitación de mi piel dependiera de ti.
Y no te miento.
Hasta mis lunares te echan de menos.
Y ya sabes a qué me refiero.
A las tardes tirados en la cama, contándolos, perdiendo el número, y volviendo a empezar.
Que sencillo lo hacías todo.
Podía pasarme horas tumbada en la cama, sintiendo el placer de tus labios en mis lunares.

Qué simple parece amar y ser amado cuando te lo ponen en una película de amor.
Y qué complicado era seguirte el ritmo.
Seguir tus peleas, tus días de "hoy no".
Y qué incómodo resulta saber, y decir,
que estaba dispuesta a soportar todos tus defectos.