jueves, 18 de septiembre de 2014

Cuánto te pensé.

Todavía recuerdo el día en el puerto.
El mar revuelto.
Y las olas rompiendo en nuestros pies.
El ruido de los barcos.
Pura melodía.
Aunque he de decir que cualquier ruido sonaba bien en tus brazos.
Llegó un día que los faros dejaron de guiar barcos;
para guiarnos a nosotros. 

No sabes cuánto te escribí.
Cuánto te deseé entre mis piernas.
Y cuántos gemidos se quedaron suplicando que los hicieras salir.


1 comentario:

  1. Qué bien escribes y plasmas los sentimientos a modo de letra... Me encantaría conocerte!

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