sábado, 25 de julio de 2015

Quizás..

Quizás te excediste intentando salvar una bala perdida a punto de atravesar la pared.
Tú, y tus ojos azules,
haciéndome arder.
Tan asquerosamente radiante como siempre.


Yo, con heridas cerradas que todavía están infectadas, y escuecen por dentro.
Sin saber que la paz estaba en tus brazos.
Follándome a cualquier imbécil imaginado tu piel.
Buscando la gloria en una vida insana.
Y joder,
yo no quiero la gloria, quiero tus labios.
Rozándose como nunca lo habían hecho pero como siempre imaginé.
Y ya sabes, que a veces estoy confusa, que suelo volverme loca, que me matan las dudas.
Pero jamás estuve tan segura de querer morir por ti cada día.
De morirme en tus brazos y saber con certeza, que no hay nada más después de tus brazos.