sábado, 21 de febrero de 2015

Dispárame.

Siempre pensé que si deseaba algo con toda mi alma, algún día tendría que llegar.
Sin embargo, a pesar de desearte conmigo toda la vida, cada día te pierdo un poco más.
Pasamos de agarrarnos con todas nuestras fuerzas a rozarnos con la intención de ir en una dirección.
Uno por el norte, y el otro por el sur.
Pasé de sentirte cerca aún teniéndote lejos a verte al doble de kilómetros olvidándote de mí.
Notándote besándome sin haberlo hecho, a arañarme como si ya no significara nada para ti.
Ahogándome.
Vaciando lo que ya estaba vacío y que tú llenaste.
Haciéndome pensar que lograrías detener el dolor para hoy hacerlo más fuerte.
Aquí me tienes, enamorada de ti. Dispárame.
Pero no quiero el cielo sin ti. 

domingo, 8 de febrero de 2015

Vacío.

Si en este momento me pidieran que dijera con números cuánto me dolía tu pérdida, esto superaba con creces a todos los infinitos.
El vacío de mi pecho, y me de mi estómago, apuesto a que succionaría más que cualquier agujero negro.
Y no sé si duele la pérdida en sí o el pensamiento de acostarme sin tus buenas noches. Despertarme sin tus buenos días, e incluso el pensamiento de saber que no estarías ahí incondicionalmente para hacerme creer lo bonita que estaba incluso cuando lloraba.
Pensar que nadie volvería a verme con tan buenos ojos como tú por muy horrible que fuera cualquier cosa que hubiera hecho.
Pero si algo tengo claro es que quedarte no estaba en tus planes, y si lo estaba, estaba escrito a lápiz para poderlo borrar en cualquier momento.
Y que llorar la pérdida de alguien que no te busca o no te escribe con bolígrafo es una tontería.
Y más tontería aún es escribir esto y seguir llorando por algo que en realidad, no merece la pena.
Y lo hacemos todos. Y lo seguiré haciendo.
Y también es absurdo dejar la puerta entre abierta por si decides volver en algún momento, esperándote con la mejor sonrisa para escucharte decir que estoy más radiante que cuando me conociste.
Y tú seguirás igual de mentiroso.
Y yo igual de ingenua.

sábado, 7 de febrero de 2015

Me sobraban..

Me sobraban ganas de abrazarte,
de dejar caer mi pelo por tu hombro,
o deslizar las yemas de mis dedos por tu pecho,
por tu espalda.

Me sobraban ganas de quedarme,
de esperarte en el amanecer,
o de seguir susurrándote, que eras capaz de darle un rayo de luz,
al cuarto más oscuro.

Me sobraban ganas de buscarte,
de dejar de tragarme recuerdos.

Me sobraban ganas de ti,
del ayer,
del tú conmigo.

Me sobraban ganas de verte permanecer a mi lado,
sin la necesidad de pedirte que lo hagas. 

domingo, 1 de febrero de 2015

Desearía.

Desearía que salieras de mi cabeza para estar en mi cama. Que hagamos de la noche algo eterno y que los besos pasen de la boca a todo mi cuerpo. Que los "siempre" se acaban, así que dejemos el futuro y pensemos en lo guapo que estarías desnudo esta noche, o de lo rápido que pasa todo cuando me miras como si quisieras que te bajara la luna.
(Sin saber que yo preferiría subirte a ella).