Que me van a decir de versos si no probaron tus besos. Tus caricias a las cinco de la madrugada, o la paz que supone estar acomodada en tu pecho. Sin más sinfonía que tu respiración.
Que me van a decir de placer si no notaron las yemas de tus dedos acariciando su espalda, como si de lienzo se tratara. O no han dormido con tus brazos sosteniendo su cintura. Tan fuerte, como si me fuera a marchar. Qué estúpido, ¿no? Yo teniendo el paraíso en ese instante y tú pidiéndome que no me vaya. Como si quisiera irme. Como si fuera a renunciar a ti.
O la tranquilidad que supone saber que lo tengo todo, sin que me estés dando más que caricias.
Que me van a decir de amor si con nada me hiciste pensar que podría tocar el cielo.
Cielo. Lo más parecido que vi al cielo fueron tus ojos, y eso que ni son del mismo color.
Y pensar que pudimos tenerlo todo, y hemos dejado que el tiempo nos convirtiera en dos extraños.
Como si no hubiéramos sentido nada. Tan solo por esa noche.
2 de Agosto.
Que me van a decir de placer si no notaron las yemas de tus dedos acariciando su espalda, como si de lienzo se tratara. O no han dormido con tus brazos sosteniendo su cintura. Tan fuerte, como si me fuera a marchar. Qué estúpido, ¿no? Yo teniendo el paraíso en ese instante y tú pidiéndome que no me vaya. Como si quisiera irme. Como si fuera a renunciar a ti.
O la tranquilidad que supone saber que lo tengo todo, sin que me estés dando más que caricias.
Que me van a decir de amor si con nada me hiciste pensar que podría tocar el cielo.
Cielo. Lo más parecido que vi al cielo fueron tus ojos, y eso que ni son del mismo color.
Y pensar que pudimos tenerlo todo, y hemos dejado que el tiempo nos convirtiera en dos extraños.
Como si no hubiéramos sentido nada. Tan solo por esa noche.
2 de Agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario